jueves, 21 de febrero de 2013

FERROMODELISMO

El ferromodelismo es un hobby atrapante, y prueba de ello lo constituyen los cientos de personas que en los últimos años se han acercado a este apasionante mundo de los trenes en miniatura. Y casi desde el mismo momento que comenzamos a interiorizarnos en el asunto, sentimos el deseo de contar con nuestra propia maqueta donde poner a correr los trenes, armar formaciones, girar locomotoras, alistarlas y todo ese conglomerado de actividades que comprende la actividad ferroviaria y que es el que, en definitiva, nos atrapa. Y aunque hace algunos años la construcción de una maqueta era privativa de quienes contaran con una situación económica holgada y conocimientos suficientes, podemos decir que hoy -gracias a costos mucho mas accesibles de los materiales y la difusión del conocimiento- la construcción de una maqueta es una actividad no sólo posible sino recomendable para todo aquel que quiera asegurarse largas horas de entretenimiento (y hasta algún dolor de cabeza, claro, que no por tal dejará de ser provechoso para nuestra experiencia).
Al hablar de maquetas, muchos piensan en esos interminables entramados de vías que podemos ver en internet o en revistas extranjeras y parecen, para nosotros, un sueño irrealizable. Y posiblemente lo sea, si nuestra intención es alzanzar de movida una obra de tal magnitud. En ese caso, las posibilidades de espacio, tiempo, dinero y “permiso familiar” seguramente atenten contra nuestra expectativa de convertirno en operadores ferroviarios y nos haga abandonar la idea aún antes de siquiera intentar ponerla en práctica.
Llegados a este punto es importante saber que incluso un pequeño diorama de 0,80 x 1,20 m con unas pocas vías y desvíos nos otorgarán largas horas de entretenimiento en su planificación, armado y decoración. Y por supuesto, cumplidas estas etapas, muchas más horas de acción en su operación.